Parashat Vaetjanán

Escrito el: 18 de agosto, 2016

Continuamos buceando en el quinto libro de la Torá a través de las últimas enseñanzas que nos dejó Moshé Rabeinu, el más grande de los líderes que tuvo nuestro pueblo.

En esta parashá, Moshé menciona los Diez Mandamientos (que ya habían aparecido en el libro del Éxodo), pero con ligeras modificaciones.

Una de ellas, tal vez la más conocida es la relacionada al Shabat. En esta sección de la Torá dice:

“Shamor et iom hashabat lekadeshó / Cuida el día del sábado para santificarlo” Devarim 5:12

Mientras que en la versión previa no hablaba de cuidar el Shabat sino de recordarlo (zajor et Iom haShabat).

Podríamos preguntarnos si Moshé modificó las palabras de la Torá, o si, como dice la respuesta tradicional del Midrash ( y que decimos cada Kabalat Shabat en el Lejá Dodí)  Di´s dijo ambas palabras a la vez:  “Shamor vezajor vedibur ejad”.

Pero me gustaría ir más allá para tratar de comprender qué nos enseña este tema.

Tomemos en cuenta los tiempos en los que una y otra fueron pronunciados. Cuando dice “recuerda el Shabat”, ésto ocurre siete semanas después ser liberados de la esclavitud en Egipto. Y de hecho, sucede en medio de la más increíble escena de la Torá, en la revelación del Sinaí. Ellos también habían sido testigos de las plagas y de cómo se abrió el mar y se tragó al ejército del Faraón.

Con semejante despliegue de poder de Dios y en medio de tantos cambios lo que necesitaban para santificar el Shabat era recordar todo lo que habían vivido. Recordar lo que Dios con su mano fuerte y su brazo extendido había hecho por ellos. Probablemente sería suficiente.

Ahora Moshé está ante otra generación. Cuarenta años después ya no es lo mismo. La misma historia oída de boca de otros no tiene la misma fuerza que haber sido parte de la teofanía en Sinaí.

Entonces no alcanza con recordar. Estos jóvenes sucesores necesitarían más que oír historias. Las prácticas y los rituales vendrían entonces a dar un marco para mantener al Shabat con santidad. Moshé, ya anciano entiende muy bien esto, por eso ahora se trata ya no sólo de recordar sino de cuidar.

Uno se pregunta cómo pasó esto en tan pocos años. Para responder no hace falta ir tan lejos. Pensemos en cómo una generación que llegó como inmigrante a nuestro país y que cuidaba la tradición dio lugar a otras dos en las que sólo el recuerdo de lo que hacían sus padres o abuelos los mantuvo unidos a ellos, pero cada vez más lejos, cada vez más difuso.

Por eso el foco debe estar hoy en cuidar. Cuidar y cuidarnos, entendiendo las prácticas no como restricción sino como protección que nos liga y nos da identidad.

Ajad Ha’am dijo: «Más de lo que Israel cuidó al Shabat, cuidó el Shabat al pueblo de Israel».

Shabat Shalom umeboraj!

Diego Elman
Seminarista Rabínico
Adjunto al Rabinato de la Comunidad Mishkán