Parashat Ki Tetzé

Escrito el: 14 de septiembre, 2016

 

Por Diego Elman

Desde donde se la mire, Ki Tetzé es una de las secciones más fascinantes de la Torá. El 12% de las 613 mitzvot (preceptos) puede encontrarse en su texto. Desde la manera de construir una casa hasta cómo se paga un salario. Desde los tzitzit hasta el divorcio. De la honestidad en el comercio a las leyes referidas a la justicia y los desprotegidos. Hay para todos los gustos. Los sabios dicen que la mayoría de estas leyes están relacionadas con la familia y su desarrollo.

Hay un tema en particular en este texto que cada año me genera inquietud:

“Si te encuentras con un nido de pájaros en el camino, en cualquier árbol o sobre el suelo, y hay en él pichones o huevos y la madre está empollando sobre ellos, no tomarás a la madre junto con los pichones. Ciertamente dejarás ir a la madre y tomarás para ti los pichones, para que sea el bien contigo y se prolonguen tus días”. (Devarim 22:6-7)

La mitzvá es muy clara. Si la madre está en el nido no se pueden tomar los pichones. Hay que espantarla y entonces sí está permitido sacarlos.

Durante años estudié comentarios acerca de que ésta era una ley que mostraba una particular bondad y una muestra de sensibilidad. De hecho Rabí Moshé ben Najmán (1194-1270) dice: “la razón de esta mitzvá es que no tengamos un corazón cruel, sin compasión”.

Ahora bien, aún echando a la madre del nido, ¿quitarle los pichones no sigue siendo una crueldad?

La respuesta es sencilla: si la madre está en el nido, no hay manera de hacerla salir de él para tomar a los suyos. No la hay. No se moverá de allí si percibe que algo puede hacerles daño.

Entonces la enseñanza a partir de esta mitzvá se multiplica en sentidos y profundidad: si algo es muy importante para uno, no hay que alejarse de él. Así como cuando Miriam debe dejar a su hermano Moshé en la canastita en el río y no le saca los ojos de encima hasta ver cuál es su destino, así uno debe acompañar los procesos de lo que siente elevado y trascendente. Esto no tiene que ver con cuestiones métricas. Estar cerca no es algo que se mide en kilómetros sino en compromiso con lo que se ama. Y aquello que se ama no necesariamente es tangible.

Lo que nos enseña esta mitzvá es que no debemos desentendernos de lo que queremos. Tenemos que encontrar la forma de estar cerca para cuidarlo y protegerlo. Y sabemos bien que es posible, aunque no fácil.

Que estas últimas semanas del año Dios nos ilumine para, en bendición,  poder estar cerca de los que amamos y de lo que amamos.

Shabat Shalom umeboraj

 

Diego Elman

Seminarista Rabínico

Adjunto al Rabinato de la Comunidad Mishkán