Parashat Bereshit

Escrito el: 27 de octubre, 2016

Por Diego Elman
Adjunto al Rabinato de la Comunidad Mishkán

¡Qué hermoso regalo! ¡Qué maravilloso desafío es poder empezar otra vez! Y no es algo simbólico sino real: es Bereshit, un nuevo comienzo.

Es momento de dejar de lado culpas, reproches, balances. ¡Basta! No podemos ni debemos vivir en unos Iamim Noraim que duran todo el año. Hicimos el esfuerzo. Hay errores que pudimos reparar y otros que aún no. Lo que no podemos hacer es seguir cargándolos en la mochila los próximos doce meses. Ahora realmente llegó la posibilidad de caminar y hacer realidad lo que sólo eran sueños sin vivir atados a lo que no nos permite seguir. Es éste un tiempo de liberación.

Cuando algo es totalmente nuevo nos asombra, nos deslumbra, nos intriga. Mirar desde esta perspectiva nos aleja de la rutina de lo que nos agobia y aburre.

Es cierto que, como dice el Midrash, “kol hatjalot kashot”, todos los comienzos son difíciles. Pero no por ello imposibles.

Encontré en palabras que alguna vez escribió el gran Isaac Bashevis Singer lo que siento cada año en esta fecha: “Aún aprendo el arte de la escritura del libro de Bereshit… Cada vez que bajo el libro de Bereshit del estante de la biblioteca y comienzo a leerlo, no puedo detenerme. Siempre encuentro nuevas perspectivas, nuevos hechos, nuevas tensiones, nuevos contenidos. A veces me imagino que mientras estoy durmiendo o andando, un sofer -un escriba-, escondido, se inmiscuye en mi casa y agrega nuevos párrafos, nuevos nombres, nuevos sucesos a este libro maravilloso… La Biblia es el regalo más grande que Dios le haya hecho a la humanidad.”

Hace años que doy un curso sobre Bereshit, en el que vamos avanzando a veces uno o dos versículos por clase. Es tan increíble el mensaje y los múltiples caminos y enseñanzas que da ganas de saborear cada letra e incluso el espacio en blanco entre ellas.

Bereshit. Puede leerse como “en el principio” pero también “con el principio”. ¿Qué significa que “con el principio” Dios creó los cielos y la tierra? Quiere decir que utilizó algo que lo ayudó a ponerla en marcha. ¿Cuál fue ese “manual estratégico”? Según nuestros sabios fue la Torá, que escribió primero y que le sirvió de guía para la creación del mundo… ¡Dios mismo usó la Torá!

Escuchamos consejos de todo el mundo, le damos lugar a opiniones de la más variada especie. Y sin embargo tenemos delante de nuestras narices el más increíble regalo que pudieran habernos entregado. Cuando muchas veces se acerca gente angustiada por no saber por dónde empezar, que recorrió supuestos grandes especialistas que no le dieron ninguna solución, que repite casi de memoria recetas escuchadas en un canal de cable alguna madrugada, me pregunto cómo no comenzar por lo más básico y poderoso, con lo que nos guió exitosamente por generaciones.

Los invito este nuevo año a estudiar y a encontrar en los textos de nuestra Torá el camino hacia una vida plena de sentido. La Torá no es algo abstracto. Es una posibilidad real. De nosotros depende.

Shabat Shalom umeboraj